Estoy buscando y no sé por qué. Busco porque creo que debo hacerlo. Busco porque he leído que “buscar es bueno”. Y mientras tanto, no entiendo la auténtica magia.
Un momento: me gustaría hablarte de esa magia.
Es algo innato, algo esencial, este deseo de satisfacción. Estoy usando la palabra “satisfacción” y puede que sea del todo inadecuada, pero no importa. Porque ¿sabes?, se trata de un sentimiento, es un sentimiento.
Desde que existe el lenguaje, y desde que el hombre aprendió a escribir, ha intentado describir este sentimiento.
Desde que existe el lenguaje, y desde que el hombre aprendió a escribir, ha intentado describir este sentimiento.
Lo llamó “paz” y esa palabra no era suficiente. El hombre lo sabía.
Tranquilidad... y no era suficiente. Serenidad... y no era suficiente. Amor... y no era suficiente. Alegría... y no era suficiente.
El poder de esta sed fundamental, de este anhelo fundamental... Ese poder, tienes que comprenderlo. Y no sólo tienes que entenderlo, sino que tienes que rendirte a él. Porque no puedes luchar contra él. Deja que te conquiste. Déjale acercarse a ti. Y deja que te absorba. Porque sería dejarse absorber por la paz, dejarse absorber... ¿cómo? Igual que una gota de agua que llega al océano.
La gota abandona la nube y es una gota, es una gota, es una gota, es una gota, es una gota...
Y en el momento en que llega al océano, entonces es el océano: deja de ser una gota.
¿Te das cuenta de cómo funciona? ¿No te parece fascinante? Una gotita, una gotita diminuta, cayendo a través de miles de metros: una gota, una gota, una gota, una gota, una gota. Tiene su propia entidad, tiene su identidad, es una gota. Existe, es un “ente”, y es diminuta.
Sigue cayendo y cayendo y cayendo... Y no tiene elección. Si el viento sopla, se desplaza. Si el viento sopla desde abajo, hace que se eleve un poco; frena su caída. Y luego continúa. Si el viento sopla por la derecha, se desplaza; si el viento sopla por la izquierda, se desplaza.
Es esclava de todos los elementos que quieran actuar sobre ella. Sigue cayendo, cayendo, cayendo, y entonces... ¡bum!, llega ese instante mágico. No sé si lo habrás visto, pero cuando llueve sobre el océano, cada gota produce una pequeña onda. Y luego se desvanece. Desapareció. Su última señal es una pequeña onda, nada grande. Y es absorbida..
No sé tú, pero eso es lo que yo quiero: dejarme absorber por esa alegría. Así, ahora somos inseparables. Ahora, viento, adelante, haz tu trabajo. Intenta moverme. Ahora no soy vulnerable, porque me he aliado con la solidez del océano -que, a propósito, es líquido-.
Pero ahora, ¿sigo siendo móvil? Desde luego.Voy a ir a sitios extraordinarios que una gota no podría ni siquiera imaginar.
Voy a viajar,voy a ver cosas,y voy a ser parte de ese magnífico océano.
PREM RAWAT.
CONOCE "EL MENSAJE DE ORION" EN WWW.TIERRAFIRME2012.COM
Sandra:
ResponderEliminarespero que hayas regresado a este blog, me pediste que te escribiera pero no puedo accesar tu dirección de correo, enviamela a la siguiente dirección:
tierrafirme2012@hotmail.com
saludos,
Ricardo González
Hola Soy Mauro de Mexico, Estube desconectado mucho tiempo y estoy buscando de su ayuda para recuperar direccion del grupo Oceano de luz y amor de argentina, si alguien sabe estare muy agraecido con su apoyo.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Mauro Jimenez
mi direccio es infointegrate@gmail.com
ResponderEliminar