Por: Ricardo González López
Hoy me llamo mucho la atención un correo que recibí de un amigo muy querido dando respuesta a mi invitación para que visitara este blog y escribiera algo sobre la vida y enseñanzas del Gran Maestro Jesús a quien él admira mucho al igual que yo, la única diferencia entre ambos es la percepción que tenemos de Jesús, para mi amigo lo escrito en la Sagrada Biblia es la ley y palabra absoluta y para mi es solo una parte de lo que Jesús como Espíritu Universal y Multidimensional nos transmitió en una etapa de la historia de la humanidad mediante su ejemplo y enseñanzas al igual que lo hizo en diferentes épocas de nuestra historia y a través de diferentes Culturas con nombres diferentes teniendo todas sus manifestaciones y enseñanzas un común denominador el “Amor y el Servicio a nuestros semejantes” ya que como él lo dijo “Todos somos uno y lo que des y hagas a tus semejantes te lo estarás dando y haciendo a ti mismo”.
La respuesta de mi amigo a mi invitación fue la siguiente: “Permíteme que me quite otro pendiente y daré lectura a lo que me has mandado últimamente, pues ahora ando con los problemas de la negociación del contrato colectivo de trabajo. Estoy estudiando mucho sobre el tema y sólo entro a Internet a revisar las superurgencias.
Desde luego todas las creencias y religiones son respetables para mí, de hecho todas contienen la verdad absoluta transmitida por cada uno de los Guías espirituales en cada época determinada. Para mi la verdad puede ser expresada en una sola frase “Conocete a ti Mismo”, ahí se encuentra toda la verdad y toda la sabiduría sagrada a la que podemos tener acceso de forma inmediata, sin embargo nos encontramos atrapados en nuestra propia trampa en una trampa que nosotros mismos creamos y construimos mediante la incorporación en nuestras mentes y posteriormente en nuestra vida diaria de una realidad ficticia avalada y solapada por nuestro ego, un ego quien cree creer pero no cree, cree amar pero no ama, cree tener fe pero no la tiene y cree percibir una realidad sobre si mismo pero no percibe la verdadera realidad de su identidad y mucho menos de su identidad principal o Yo Verdadero.
Quiero dejar bien claro, sobre todo a mi querido amigo, que no estoy juzgando a nadie, si así fuera me estoy juzgando yo mismo ya que también he sido parte de la construcción de esa trampa y falsa realidad cuando lo único que existía para mi era un mundo físico y material al que diariamente alimentaba con el slogan de “Trabajar para producir riqueza y poder vivir sin problemas” si, pero riqueza material únicamente para mi y delegar mis propios problemas en los demás, al fin y al cabo que cada quien se rasque con sus propias uñas. Buscaba el conocimiento para ser el mejor produciendo dinero y obtener el reconocimiento de los demás, me justificaba en las urgencias de mi trabajo pero solo para evitar las verdaderas urgencias de atención a mi propia familia y lo más importante, a mi Esencia Principal, mi Espíritu.
Yo me pregunto ¿Habrá algún pendiente más importante y superurgente que el Conocimiento de Mi Mismo? ¿Habrá algo más importante que servir a los demás y entregar mi trabajo conocimientos y experiencia, incluyendo mi vida, por los demás tal y como se nos dijo que lo hiciéramos? Obviamente depende a quien le preguntemos, si le preguntamos al ego por supuesto que para él existen mil pendientes y urgencias financieras para poder alimentarse tanto física como emocionalmente y por supuesto ni pensar en mover un dedo por los demás a costa del sacrificio de su riqueza material mucho menos entregar su propia existencia por alguien más; pero si le preguntamos al Espíritu no hay más urgencia en nuestro Universo Físico que el Recordar Quienes Somos Realmente y entregar nuestras Vidas nuestro Amor y nuestro Servicio a nuestros semejantes ya que es la única forma como crece el Universo.
Para mi el despertar a una nueva realidad por la que estoy transitando en estos momentos no fue nada fácil, hubo que pasar por situaciones realmente difíciles tanto económicas como sentimentales, aprendí que la verdadera batalla no es una batalla externa con abogados, jefes, amigos, familiares o nuestras enfermedades pobrezas o riquezas materiales, la verdadera batalla es interna, es una batalla que debemos librar con nosotros mismos con nuestro propio ego que se atemoriza ante la perdida de su identidad como un ser abstracto alojado en un cuerpo físico sintiendo la realidad de ese cuerpo físico y creando una realidad física finita y destructiva para la mente en la que se aloja y para sus semejantes con quienes interactúa, un ego que se atemoriza ante la presencia de ese ser superior que todos llevamos dentro y que cuando ese ser superior se manifiesta mediante la percepción de otras realidades no asimilables por el ego este se asusta y huye.
Cuando nuestra conciencia, entendiendo por conciencia la capacidad de percibir realidades más allá a las del plano físico, se amplía, el ego cambia su personalidad destructiva y temerosa hacia una personalidad de cooperación y amor con su alma y espíritu una vez que llega a comprender que forman un solo cuerpo, una sola esencia y que todo en su entorno forma parte de lo mismo, que no existe diferencia en dentro y fuera, que todo es cuestión de percepción.
No tenemos que ir a ningún lado, no tenemos que correr por ninguna urgencia de trabajo, no tenemos que desesperarnos por que comer o que vestir, no tenemos que inventar nada puesto que ya todo ha sido inventado, solo tenemos que quedarnos dentro de nosotros mismos vivir el eterno presente y llegaremos al lugar a donde pertenecemos, llegaremos al hogar de donde partimos, llegaremos a nuestro Padre, porque él nunca ha estado ausente solo nuestra mente distorsionada y controlada por el ego nos mantiene separados de él.
Desprendámonos de este mundo irreal creado por nuestro ego, conozcámonos a nosotros mismos y abramos nuestra conciencia hacia nuevas realidades, desechemos esas viejas creencias alojadas en nuestras mentes que nos esclavizan y nos impiden percibir realidades más sutiles que nuestro cuerpo físico es capaz de percibir con una conciencia más amplia.
Tenemos que tomar conciencia de que el Universo es cíclico, que cada una de las partes que componen el Universo gíran en torno a ciclos dentro de otros ciclos mayores. Cada una de las células de nuestro cuerpo cumple ciclos determinados, nosotros como materia física de igual forma cumplimos un ciclo desde nuestro nacimiento hasta nuestro retorno a la tierra de donde provino nuestra materia, nuestro espíritu también cumple un ciclo desde nuestra salida de la Unidad Dios hasta su regreso a él, nuestra madre tierra cumple ciclos alrededor del sol, nuestro sistema solar no es la excepción y cumple ciclos alrededor de un sol mayor y así sucesivamente, sin embargo para comprender y percibir estos ciclos y poder sentirlos dentro de nosotros de forma natural debemos correr el velo de la ilusión material y física. Cuando éramos pequeños subíamos a dar vueltas en el carrusel y lo disfrutábamos sin temor, en la adolescencia subíamos a la montaña rusa y aunque nos atemorizábamos durante el recorrido disfrutábamos de la experiencia para nuevamente subirnos, en la edad adulta estábamos preparados para experimentar emociones más fuertes o extremas únicamente permitidas para adultos.
Hoy por hoy al final de este ciclo que hemos disfrutado y experimentado y donde también nos hemos atemorizado como almas adolescentes hemos logrado cierta madurez y estatura en nuestra almas que nos permiten ingresar al siguiente ciclo de experimentación donde la unidad de nuestros cuerpos físicos de nuestra mente y de nuestro espíritu eliminarán la ilusión de encontrarnos separados de la unidad y de nuestros semejantes y podremos disfrutar del paraíso que siempre hemos anhelado, un mundo donde no existirá el dinero la pobreza el sufrimiento ni el egoísmo y donde nuestro único trabajo será servir a nuestros hermanos que estén subiendo a ese juego cíclico, físico y fantástico llamado la Tercera Dimensión.
Nunca antes, por lo menos en los últimos 26,000 años que durará este ciclo y que terminará en el 2012 ha estado tanta verdad e iluminación disponible para la evolución de nuestras almas conjuntamente con nuestro cuerpo físico, no desperdiciemos esta oportunidad de estar presentes en el fin e inicio de una Nueva Era, una experiencia preparada por nosotros mismos para nosotros mismos. Nosotros hemos entretejido toda la historia de los últimos 26,000 años y estamos preparados para recibir este evento, sin embargo no olvidemos que el enemigo se encuentra en casa y habrá que vencerlo primeramente antes de poder presenciar la luz que brillará con toda su intensidad en el ocaso de este mundo material e ilusorio creado y percibido únicamente por nuestro ego, esa luz que brillará para nunca más extinguirse y donde la noche y la oscuridad no volverán a estar presentes.
Yo Soy Ricardo González López
Un Hijo de Dios del Sol y de la Tierra.
La respuesta de mi amigo a mi invitación fue la siguiente: “Permíteme que me quite otro pendiente y daré lectura a lo que me has mandado últimamente, pues ahora ando con los problemas de la negociación del contrato colectivo de trabajo. Estoy estudiando mucho sobre el tema y sólo entro a Internet a revisar las superurgencias.
Desde luego todas las creencias y religiones son respetables para mí, de hecho todas contienen la verdad absoluta transmitida por cada uno de los Guías espirituales en cada época determinada. Para mi la verdad puede ser expresada en una sola frase “Conocete a ti Mismo”, ahí se encuentra toda la verdad y toda la sabiduría sagrada a la que podemos tener acceso de forma inmediata, sin embargo nos encontramos atrapados en nuestra propia trampa en una trampa que nosotros mismos creamos y construimos mediante la incorporación en nuestras mentes y posteriormente en nuestra vida diaria de una realidad ficticia avalada y solapada por nuestro ego, un ego quien cree creer pero no cree, cree amar pero no ama, cree tener fe pero no la tiene y cree percibir una realidad sobre si mismo pero no percibe la verdadera realidad de su identidad y mucho menos de su identidad principal o Yo Verdadero.
Quiero dejar bien claro, sobre todo a mi querido amigo, que no estoy juzgando a nadie, si así fuera me estoy juzgando yo mismo ya que también he sido parte de la construcción de esa trampa y falsa realidad cuando lo único que existía para mi era un mundo físico y material al que diariamente alimentaba con el slogan de “Trabajar para producir riqueza y poder vivir sin problemas” si, pero riqueza material únicamente para mi y delegar mis propios problemas en los demás, al fin y al cabo que cada quien se rasque con sus propias uñas. Buscaba el conocimiento para ser el mejor produciendo dinero y obtener el reconocimiento de los demás, me justificaba en las urgencias de mi trabajo pero solo para evitar las verdaderas urgencias de atención a mi propia familia y lo más importante, a mi Esencia Principal, mi Espíritu.
Yo me pregunto ¿Habrá algún pendiente más importante y superurgente que el Conocimiento de Mi Mismo? ¿Habrá algo más importante que servir a los demás y entregar mi trabajo conocimientos y experiencia, incluyendo mi vida, por los demás tal y como se nos dijo que lo hiciéramos? Obviamente depende a quien le preguntemos, si le preguntamos al ego por supuesto que para él existen mil pendientes y urgencias financieras para poder alimentarse tanto física como emocionalmente y por supuesto ni pensar en mover un dedo por los demás a costa del sacrificio de su riqueza material mucho menos entregar su propia existencia por alguien más; pero si le preguntamos al Espíritu no hay más urgencia en nuestro Universo Físico que el Recordar Quienes Somos Realmente y entregar nuestras Vidas nuestro Amor y nuestro Servicio a nuestros semejantes ya que es la única forma como crece el Universo.
Para mi el despertar a una nueva realidad por la que estoy transitando en estos momentos no fue nada fácil, hubo que pasar por situaciones realmente difíciles tanto económicas como sentimentales, aprendí que la verdadera batalla no es una batalla externa con abogados, jefes, amigos, familiares o nuestras enfermedades pobrezas o riquezas materiales, la verdadera batalla es interna, es una batalla que debemos librar con nosotros mismos con nuestro propio ego que se atemoriza ante la perdida de su identidad como un ser abstracto alojado en un cuerpo físico sintiendo la realidad de ese cuerpo físico y creando una realidad física finita y destructiva para la mente en la que se aloja y para sus semejantes con quienes interactúa, un ego que se atemoriza ante la presencia de ese ser superior que todos llevamos dentro y que cuando ese ser superior se manifiesta mediante la percepción de otras realidades no asimilables por el ego este se asusta y huye.
Cuando nuestra conciencia, entendiendo por conciencia la capacidad de percibir realidades más allá a las del plano físico, se amplía, el ego cambia su personalidad destructiva y temerosa hacia una personalidad de cooperación y amor con su alma y espíritu una vez que llega a comprender que forman un solo cuerpo, una sola esencia y que todo en su entorno forma parte de lo mismo, que no existe diferencia en dentro y fuera, que todo es cuestión de percepción.
No tenemos que ir a ningún lado, no tenemos que correr por ninguna urgencia de trabajo, no tenemos que desesperarnos por que comer o que vestir, no tenemos que inventar nada puesto que ya todo ha sido inventado, solo tenemos que quedarnos dentro de nosotros mismos vivir el eterno presente y llegaremos al lugar a donde pertenecemos, llegaremos al hogar de donde partimos, llegaremos a nuestro Padre, porque él nunca ha estado ausente solo nuestra mente distorsionada y controlada por el ego nos mantiene separados de él.
Desprendámonos de este mundo irreal creado por nuestro ego, conozcámonos a nosotros mismos y abramos nuestra conciencia hacia nuevas realidades, desechemos esas viejas creencias alojadas en nuestras mentes que nos esclavizan y nos impiden percibir realidades más sutiles que nuestro cuerpo físico es capaz de percibir con una conciencia más amplia.
Tenemos que tomar conciencia de que el Universo es cíclico, que cada una de las partes que componen el Universo gíran en torno a ciclos dentro de otros ciclos mayores. Cada una de las células de nuestro cuerpo cumple ciclos determinados, nosotros como materia física de igual forma cumplimos un ciclo desde nuestro nacimiento hasta nuestro retorno a la tierra de donde provino nuestra materia, nuestro espíritu también cumple un ciclo desde nuestra salida de la Unidad Dios hasta su regreso a él, nuestra madre tierra cumple ciclos alrededor del sol, nuestro sistema solar no es la excepción y cumple ciclos alrededor de un sol mayor y así sucesivamente, sin embargo para comprender y percibir estos ciclos y poder sentirlos dentro de nosotros de forma natural debemos correr el velo de la ilusión material y física. Cuando éramos pequeños subíamos a dar vueltas en el carrusel y lo disfrutábamos sin temor, en la adolescencia subíamos a la montaña rusa y aunque nos atemorizábamos durante el recorrido disfrutábamos de la experiencia para nuevamente subirnos, en la edad adulta estábamos preparados para experimentar emociones más fuertes o extremas únicamente permitidas para adultos.
Hoy por hoy al final de este ciclo que hemos disfrutado y experimentado y donde también nos hemos atemorizado como almas adolescentes hemos logrado cierta madurez y estatura en nuestra almas que nos permiten ingresar al siguiente ciclo de experimentación donde la unidad de nuestros cuerpos físicos de nuestra mente y de nuestro espíritu eliminarán la ilusión de encontrarnos separados de la unidad y de nuestros semejantes y podremos disfrutar del paraíso que siempre hemos anhelado, un mundo donde no existirá el dinero la pobreza el sufrimiento ni el egoísmo y donde nuestro único trabajo será servir a nuestros hermanos que estén subiendo a ese juego cíclico, físico y fantástico llamado la Tercera Dimensión.
Nunca antes, por lo menos en los últimos 26,000 años que durará este ciclo y que terminará en el 2012 ha estado tanta verdad e iluminación disponible para la evolución de nuestras almas conjuntamente con nuestro cuerpo físico, no desperdiciemos esta oportunidad de estar presentes en el fin e inicio de una Nueva Era, una experiencia preparada por nosotros mismos para nosotros mismos. Nosotros hemos entretejido toda la historia de los últimos 26,000 años y estamos preparados para recibir este evento, sin embargo no olvidemos que el enemigo se encuentra en casa y habrá que vencerlo primeramente antes de poder presenciar la luz que brillará con toda su intensidad en el ocaso de este mundo material e ilusorio creado y percibido únicamente por nuestro ego, esa luz que brillará para nunca más extinguirse y donde la noche y la oscuridad no volverán a estar presentes.
Yo Soy Ricardo González López
Un Hijo de Dios del Sol y de la Tierra.
Perdon, me disculpo por todos los que leyeron este post desde el miércoles 18 de julio de 2007 y no se dignaron a responder. Perdon por la indiferencia, al fin y al cabo como decia una serie "esto es lo que somos".
ResponderEliminarY gracias por tus palabras.
Julio